jueves, 28 de junio de 2007

Primeros días






Bueno, pues aquí sigo aguantando el calor y a mí misma. Me he traído el ordenador a la universidad y así voy adelantando el programa, porque claro con 1 ordenador para todos, como que no. En mi trocito de cubículo me muero de calor porque los ventiladores está justo en el medio y yo estoy a un lado totalmente. No puedo expresar con palabras el recalentamiento que ahora mismo estoy sintiendo.

Ayer la jefa le dijo a dos profesoras que me llevaran a Colombo. Creo que se solidariza conmigo porque no puedo hacer nada y supongo que le daré penita. Fuimos a un centro comercial y compré una taza con un mono y un paraguas con elefantitos, ya ves siento la llamada de la selva. Después comimos pizza, era un sitio de ocio, una de las pizzas picaba mucho, pero claro está, para ellas no. Y desde el autobús vi el World Trade Center y la playa. Tuve una ligera idea de cómo es Colombo. Hay muchísimo tráfico. Fuimos en coche y volvimos en autobús, viaje de unos 40 min que ya no me sorprenden ni los baches, ni la multitud, ni la incomodidad ni el polvo del camino mientras vas toda empapada.


De momento no hay casas disponibles cerca de la universidad. El hotel está bien pero es muy impersonal y si ya fastidia estar sola, que te vean sola los del hotel aún más, y es que la soledad en tu casa es más llevadera. Aunque una cosa tengo que decir a favor del hotel: al final no me cobran las cenas, fue una confusión de un camarero, media pensión es media pensión en mi pueblo y aquí, o sea que sale bastante bien con las cenas tan buenas que me meto. Además, ayer el manager me enseño el gimnasio, el cual no había visto, y me bajé un rato a andar en la máquina y a hacer un poco de bicicleta. Cómo no, me preguntaron otra vez: “Where are you from?” Y cansadísima de las veces que lo he repetido dije: “Spain”. Las bodas siguen y siguen cada día en el hotel, me colaría en alguna pero a la vista está que soy un poquito más blanquita.

Mañana voy sola hasta Colombo con el autobús 193 y allí he quedado con la jefa sobre las 10. Haremos varias cosas: comprar un móvil, abrir una cuenta de banco (voy a recibir el salario en rupias de un lector aquí, qué bien!), y ver 2 hostales, pues me voy a quedar 1 semana en Colombo, primero porque así estoy más distraída en la ciudad porque las clases no han empezado y no es necesario venir a la universidad, ni siquiera saben cuántos alumnos o cuándo serán las clases; segundo porque este hotel es bastante caro y si me voy puedo pagar la mitad y estar en la city a ver si veo a alguien de la terreta. Una vez encuentre un piso aquí me vendré más cerca de la universidad.

En la universidad creo que me lo tengo que tomar con calma. Solamente los lectores extranjeros como yo no tenemos que estar en la universidad dentro de un horario establecido, sólo en las horas lectivas, ¡jo, qué bien! Y además no tendré que venir todos los días, madre mía, comparado a lo que trabajé en las escuelas de Boston, esto no es nada. El ritmo es bastante más lento. Además sólo pondré notas del examen final, no puedo contar los deberes, la asistencia o la participación, esto quiere decir que mucha menos faena para mí.

Todas mis compañeras de oficina son sri lankenses y comen en la mesa del medio su arroz haciendo la pasta con los deditos. Los coreanos y chinos son un mundo aparte. Aún me cuesta acostumbrarme al olorcillo cada vez que voy al baño. Hoy se salía el agua del único baño que hay occidental, es decir normal, y yo toda preocupada he buscado a alguien para que lo arreglara, pero lo único que he conseguido es que dos personas diferentes lo vieran y no se sofocaran en absoluto, una de ellas ha dicho: “esto es Sri Lanka”, pues tiene razón, no va a llegar la guapa de la Clara a estresarles por una simple tontería de que el baño está inundado, si total el agua no es potable, ¡digo yo!

Y tardan 1 hora en servirme, y calor, y no funciona internet, y mucho calor, y me arde la boca con la comida, y muchísimo calor, y todavía me río y se ríen de mí cuando no me fío de lavar mis uvas en el grifo, y mucha paciencia... Sthuthiy (gracias en sinhalés) por todos los ánimos y comentarios. Por cierto, acaban de anunciar en la tele el coche fantástico, jajajajaja, me recuerda a la canción de mi hermano, ¿os imagináis a Michael y kit hablando en sinhala?

martes, 26 de junio de 2007

LLEGADA


Vista desde el hotel.
Escribo sobre mi llegada a un país desconocido sentada en la cama de un hotel con el sonido de fondo del televisor y no entiendo ni una palabra de lo que dice esta gente.

El viaje fue larguísimo. Primero las casi siete horas de Madrid a Doha, más cinco de espera hasta que cogí el vuelo Doha Colombo de cinco horas. Ya no sabía cómo ponerme. Lo bueno es que en Madrid conocí a una chica que iba a Doha también y cambiaba de avión más o menos a la misma hora que yo. Por eso estuve más de 11 horas acompañada y charrando antes de que tuviera que empezar a chapurrear inglés a esta gente. Al salir del avión sólo pensaba en el calor y en que ojalá estuviera mi maleta. Sí, la tenía y también un cartel con mi nombre en la puerta de llegadas de un taxista, que no es que fuera majo es que le tenía que pagar por apenas 15 minutos 18 euros ¡esto sí que es caro! El hotel está bien, pero como ya sabéis no reluce por estar impoluto. La habitación es grande, la cama y el baño; aquí es la bomba y para nosotros o algunas de vosotras sería un poquito asquerosito, pero no os preocupéis sólo por la colcha mostosa con algunos pelillos jajajajajajaja, bueno de eso ya estoy curada. Al cabo de dos horas, me han recogido dos hermanas profesoras de la universidad y me han llevado allí. Con mucho calor, casi todas las mujeres llevan paraguas como sombrilla. He conocido a la jefa del departamento, Neelakshi, muy simpática y atenta; ya tenía preparado los papeles para la extensión de la visa y la carta de incorporación a mi puesto de Lectora. Me ha presentado a mucha gente, de la que no recuerdo ni un sólo nombre y me he dado cuenta de que soy la única blanca, porque los profesores de alemán y ruso son de la terreta. Hay un profesor mayor de japonés, tiene pinta de gracioso, en el buen sentido, y es el único que me ha dicho “buenas tardes” en español. Imaginaos ser la rara entre tanta gente, la única diferente, la verdad es que fastidia un poco. La universidad es bastante obsoleta y destartalada y, cómo no, los baños de agujero que cuando pasas cerca te llega ese olorcillo estupendo. Supongo que me colgaré un rollo de papel higiénico al cuello y así vaya donde vaya matendré mi dignidad.

Luego, la jefa me ha invitado a una bebida y hemos hablado con otro profesor de inglés y literatura, muy simpático, creo que la mayoría de profes de idiomas vendrán a mis clases. Sobre las 3, una profe me ha acompañado en un rickshaw (en India), que aquí lo llaman “three wheelers” (los tres ruedas) al supermercado; he comprado botellas de agua porque me recomiendan que no me lave ni los dientes, cosa que ya he hecho, con este agua. Al llegar al hotel, me he echado una cabezadota de 2 horas y cuando he despertado no sabía ni dónde estaba. Con mucha fuerza de voluntad me he bajado al restaurante del hotel a cenar, un sándwich muy rico y ensalada de frutas. Ahí es cuando me he dado cuenta de que la cena no estaba incluida, o sea que aquí media pensión significa desayuno solamente, pues eso, he pagado sobre unos 4 euros. He llamado a mi madre también. Además de estar cansada, estoy un poco triste porque me cuesta pensar que esto será mi casa durante algún tiempo y cuesta acostumbrarse al calor y al tipo de gente, con el que no te sientes identificada. Comer todo el tiempo sola también te deja un poco triste, pero, sí, sí, ya sé que acabo de llegar y tengo que darle tiempo al tiempo, jo pero si ahora estuviera charrando con alguien en Spanish o hablando por teléfono, estaría sonriendo. Mira, acabo de cambiar el canal y ya no suena tan raro, es la NBC en inglés, vamos mejorando. Todavía oigo la música de la boda que se está celebrando en el salón. Cuando he llegado esta mañana me he metido directa al salón creyendo que era el restaurante y después de pisar el suelo mojado y recibir algunas miradas de algunas féminas y además, ver que ¡jo! No iba a estar adornado así para mí, me he dado media vuelta y he encontrado el restaurante bastante más cutrillo. Y no sé cuánto tiempo llevan con la boda pero iban todos monísimos y la música imagináosla. En el hotel, el manager no paraba de preguntarme: “Miss Clara está todo bien?” Y al final sí que le he dicho varios detalles de la habitación: hay mosquitos necesito el enchufe anti, el mando del aire no funciona, no hay casi papel del culo, y del enchufe adaptador, pues a veces tienen como los nuestros y como el de los ingleses de tres, salían chispas y no hacía buena conexión, y que internet no iba bien, etc...y la verdad que ya le he dado faena, se han portado bien, pero es que venimos de un mundo muy cómodo en el que tenemos todo y tan rápido que es difícil no quejarse aquí, cuando ellos lo ven normal y no tienen ADSL. No le he dicho nada de la cagadita que tengo de algún bichazo raro en el cuarto de baño.

En fin, voy a intentar tener mucha fuerza, porque, hombre, la verdad es que cuesta. Aunque con todos los ánimos que me habéis dado tengo muchas más ganas y sobre todo cada vez que pienso en todos vosotros y sonrío de corazón sabiendo que siempre estáis ahí cuando lo necesito, pese que os hartéis de que siempre me vaya. Dentro de unos días, ya tendré móvil y seguramente un sitio donde vivir que no sea un hotel, y todo mejorará, disfrutaré del país, de la gente, de las visitillas y de experiencias buenas o malas pero siempre enriquecedoras. Besitos mil. Bona nit.