martes, 20 de mayo de 2008

Vacaciones

Bioparc: Julio, Salvador y Marina
El Palmar: arrocito del bueno

Holanda con Miguel
















Playa Malvarrosa: Sareta y Anita, las locas. Falta Lola, en construcción Barcelona jejejeje







¿Y es esto Sri Lanka? Nuwara Eliya



Recogiendo Té



Ya de vuelta a Sri Lanka...uf...parece mentira que he estado en España con todos un tiempecito y en Holanda con el loco de Miguel. La verdad es que he cogido energía y he recargado las pilas gracias a todos. Al llegar después del viaje tan largo, ya empecé a trabajar, pero no en la universidad, sino con muchas traducciones que me estaban esperando. Bien porque no he parado entre ver a la gente y el trabajo no me ha dado tiempo a quejarme aún. Jejejejeje.
Este fin de semana era un puentazo, pues el lunes 19 y 20 han sido fiesta por la luna llena Wesak. Nos hemos ido Gonzalo, Bea y yo a Nuwara Eliya, a las montañas más altas de Sri Lanka donde se cultiva el mejor té, dicen que del mundo. Parece increíble que pueda hacer frío en este país...y sí, estábamos a 2000 metros y me tuve que comprar una chaqueta. ¡Qué bien te sientes con fresquito! Porque aquí en Colombo se sigue sudando más y más. Hicimos 2 trekkings, uno de 3 horas por Nuwara Eliya y otro en Horton Plains, un parque nacional donde está el World’s End, un precipicio de montañas verdes, pero que tampoco es para tanto. El trekking estuvo bien, 3 horas caminando después de subir con la fregoneta hasta los casi 3000 metros, más arriba de las nubes y madrugón al canto: llegamos a las 6:60 de la mañana y acabamos el recorrido de altos y bajos a las 9:30h. Fuimos los primeros y menos mal pues después se puso llenísimo de gente, todos los locales que iban a pasar el día en las fregonetas. Bueno, en total 30 km en 2 días, yo creo que está bien, ¿no?. Nos quedamos en un hotel bastante cutre, nuestra habitación como un zulo, pero no pudimos cambiarnos pues estaban todos llenos por el puente...en fin pero nos hemos reído mucho los tres y desvariando...supongo que al estar a 2500 metros no nos llegaba el oxígeno al cerebro. No bebimos casi alcohol, sólo la botellita de vino que se trajo Gonzalo, pues en los días de luna llena no venden alcohol. Ahora vuelta a casa, a seguir trabajando y a ver cuándo empieza la universidad porque ni ellos mismos lo saben. Sigo con traducciones, clases particulares y los cursos de español en el otro centro que empezaré la semana que viene. Un año más aquí que espero que sea igual o mejor que el anterior. ¡A disfrutar que la vida son dos días! Así son las cosas y así se las hemos contado.